ETAPA
Sta. María de Huerta-Monteagudo de las Vicarías


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Etapa de 14 km que cruza una de las zonas más áridas de la provincia de Soria en la cuenca del río Jalón. El recorrido se desarrolla por un entorno agrícola del que emergen numerosos cerros pelados y multicolores que nos recuerdan que estamos caminando en lo que casi podríamos considerar un desierto. Sus escasos desniveles y su trazado por caminos de fácil andadura hacen que sea una ruta muy rápida, factible de efectuar en una media mañana, preferiblemente en las primeras horas del día, en el caso de que hayamos decidido realizarla en un periodo caluroso.

Iniciamos el recorrido en Santa María de Huerta, localidad que debe su existencia al monasterio del mismo nombre. Destaca también la Casa Palacio de la Marquesa de Villa-Huerta que fue el palacio de los Marqueses de Cerralbo, hasta que a principios del siglo XX fue cedido a una congregación religiosa para ser utilizado en la educación de los niños del pueblo. En el entorno de Santa María de Huerta podemos encontrar un Castro ciclópeo de época celtibérica (siglo II a.C.), del que hoy pueden observarse los restos de una torre y los derrumbes de su muralla y tramos de fosos.

También hay que destacar las Ruinas del Castillo de Belimbre, construcción atribuida al periodo islámico (Siglo X-XI) del que solo se conserva un lienzo de muralla flanqueado por dos cubos. El siguiente pueblo que nos encontramos en el recorrido es la villa de Monteagudo de las Vicarías. Se encuentra situada junto al curso del río Nágima, en el límite entre Castilla y Aragón. En el casco histórico de la localidad se conservan importantes restos de la época bajomedieval entre los que destaca el castillo. Construido en el siglo XV, es de planta pentagonal con torres de diferentes plantas en los vértices, destacando la de mayor altura que es octogonal. Se conservan algunos restos del trazado de la muralla medieval (Siglo XII), destacando la puerta de la Villa, ya gótica, bajo arco apuntado. La iglesia de Nuestra Señora de la Muela, de estilo gótico de los siglos XV-XVI, presenta planta de una sola nave y cabecera rectangular, con capillas laterales. La influencia aragonesa del mudéjar se aprecia en la galería de arcos ciegos que remata la fachada norte.

A las afueras del pueblo se localiza la ermita de Nuestra Señora de la Bienvenida, construida en el siglo XVI, con aportaciones posteriores; destaca su sobrio exterior, sin apenas vanos. En su entorno encontramos otros elementos patrimoniales como el Castillo de la Raya, construido en el siglo XV, con un recinto rectangular con la torre del homenaje adosada a uno de sus lados. A sus pies se encuentran las ruinas de la ermita de Nuestra Señora de la Torre, donde según la tradición, la pila bautismal servía de límite entre Castilla y Aragón, y los bautizados en ella se beneficiarían de los fueros de ambos reinos.

El paisaje de esta etapa es uno de los más genuinos de los ambientes esteparios de toda la región, exclusivos de la Península Ibérica en todo el contexto europeo. Por su importancia y singularidad, las comunidades vegetales que los constituyen están recogidas en la Directiva Hábitats europea como hábitats de interés comunitario para su conservación. No se trata de un paisaje cualquiera de matorrales, resultante de la deforestación; de hecho, por las grandes limitaciones que imponen la aridez y el bloqueo de nutrientes en el suelo, dificultan o imposibilitan el desarrollo de una vegetación arbórea, lo cual explica la ausencia de bosques.

En Castilla y León, además de las excelentes muestras de estos singulares matorrales esteparios en este tramo soriano de la cuenca del Río Jalón, aparecen otras en el valle del Duero, ligadas a los fondos yesosos de los valles del Cerrato o en las cuestas que flanquean el Duero y el Pisuerga en Valladolid y Palencia. Estas zonas esteparias del Jalón, junto con las de Monegros y Bárdenas en Aragón y Navarra, constituyen las representaciones más norteñas de estos hábitats que presentan su óptimo en otros territorios ibéricos de clima semiárido y en el norte de África. La vegetación arbustiva tapiza parcialmente los suelos desnudos de cerros arcillosos o de yesos blancos o rojizos, y está caracterizada por romeros, salvias, aliagas y tomillos, acompañados de otros arbustos de escaso porte especializados en vivir bajo condiciones de aridez y sobre sustratos arcillosos, limosos o margosos parcialmente salinos y con niveles elevados de nitrógeno, ya sea de procedencia natural o por influencia humana. La vegetación típica de estos hábitats, principalmente de floración estival, está integrada fundamentalmente por la ontina (Artemisia herba-alba) de aspecto blanquecino, el sisallo (Salsola vermiculata) muy apetecible para el ganado y que puede llegar a ser muy llamativa cuando sus frutos se tiñen de rojo al final del verano, o la Bassia prostrata, pequeña mata con tallos erectos de color rojo.



Ciclabilidad
100%




Horario
3h. 50min.

Des. Subida
156m.

Des. Bajada
185m.

Distancia
14km.

Recorrido
Travesía

Severidad
1

Orientación
2

Dificultad
2

Esfuerzo
3

Graduación
1 Min / 5 Max


Recomendaciones

Prohibido circular a motor

No introduzcas especies

Si llevas perro, controlalo

Ritmo de marcha 3-4 km/h.

No arrojes basuras

Matén limpios ríos y arroyos

Prohibido acampar

Respeta animales y plantas

Prohibido hacer fuego

No seas ruidoso


Recuerda siempre

Infórmate del tiempo

Comprueba tus baterías

Lleva comida y bebida

No te sobrevalores físicamente

No vayas solo o informa de tu ruta

Lleva un vestuario y equipo adecuado


RECUERDA llama al 112 ante cualquier incidencia


Símbolos del sendero

Continúa sendero

Dirección errónea

Giro derecha

Giro izquierda