El paisaje de esta parte del recorrido marca la transición entre los sabinares albares y cañones rocosos calcáreos con los rebollares y quejigares sobre areniscas rojizas del basamento de la sierra de Pela. En diversas ocasiones, cuando el pastoreo ha sido abusivo y muy prolongado, ni siquiera la sabina ha podido expandirse, dando lugar a estepas tapizadas de aliagas y arbustos aromáticos, donde la profusión de construcciones rústicas como «tainas», que conservan formas de construcción ancestrales, nos llevan a intuir una actividad ganadera predominante, ya desde la Edad de Bronce.
Este bosque ralo tiene como soporte litológico a calizas procedentes del Cretácico superior, ocupando suelos rocosos no útiles para la agricultura y dedicados al pasto de ovinos, por lo que en la mayoría de los casos conserva su estructura. La agricultura se hace predominante en los fondos de los valles sobre los suelos más fértiles y profundos. Por esto, la tónica general del recorrido en estas zonas es la secuencia de los binomios «páramo - sabinar», dedicado al pastoreo, y «fondo de valle - cultivos», dedicado a la agricultura, y viceversa, hasta el límite sur de la provincia en Retortillo de Soria.
Aquí, cambia de matiz, en una última etapa hasta el Yacimiento de Tiermes, donde aparece tímidamente el rebollar tiznando de verde las rojas tierras a los pies de la sierra de Pela. Como elementos notables de esta parte del GR 86 cabe mencionar: los pueblecitos abrigados de las parameras del sur como Torrevicente, Lumías, Tarancueña y Caracena; los cañones de los ríos Caracena y Talegones; los bosques de rebollo y los paisajes de areniscas rojizas del entorno de la sierra de Pela, y el yacimiento de Tiermes, uno de los más notables en España de la época celtíbero-romana.