Pulsa en el perfil para ampliarlo

Trazado de 16,4 km que recorre la porción más mediterránea y térmica del espacio de ámbito europeo LIC Quejigares de Gómara-Nágima, a caballo entre las cuencas de los ríos Henar y Nágima. Constituye un rico muestrario de especies y masas forestales de la más pura vegetación mediterránea en el territorio soriano. El trazado consta en resumen de una larga pero suave subida, un llaneo en el alto del monte y una larga bajada hasta Deza, a través de caminos, pistas y alguna bonita senda. A lo largo del recorrido podremos obtener buenas vistas en algunos momentos cuando el arbolado nos lo permite. A poco más de 2 km de Mazaterón se encuentra Miñana, en el valle del río Henar, al pie de la Sierra de Miñana y sobre una pequeña altura aireada. Dentro del pueblo destaca la iglesia de la Purificación de Nuestra Señora y a unos kilómetros de la localidad se encuentra la ermita de la Virgen de Villalospardos.

La siguiente localidad, Deza, es un buen ejemplo de la prosperidad alcanzada en la zona durante el siglo XVI. Destaca la iglesia gótica de Nuestra Señora de la Asunción, construida en el siglo XVI. Presenta planta de salón con tres naves de igual altura divididas en cuatro tramos y cubiertas con bóvedas estrelladas de gran riqueza decorativa. En el muro norte se abren tres capillas. La torre es del siglo XVI; conserva algunas residencias nobiliarias, entre las que destaca el Palacio de los Finojosa de estilo renacentista, organizado en dos plantas en torno a un patio central porticado con dos torres en uno de sus laterales, que en la actualidad alberga el Ayuntamiento. Destacar también el palacio de los Barnuevo y el de los Duques de Medinaceli. La población estuvo rodeada por un recinto amurallado del que apenas quedan restos, de entre los cuales destaca la Puerta de San Martín. Por el interior de la localidad recorren varias canalizaciones de agua que descienden hacia los molinos.

Un elemento peculiar de Deza es su plaza de toros que sobresale por tener forma de herradura y estar parte de su graderío excavado en las peñas que la rodean.

Existen otras pequeñas ermitas en la localidad: San Roque, La Soledad, San Antonio de Padua y San Blas, hoy en ruinas. La etapa transita por zonas dondese alternan los cultivos con masas forestales formadas por encinas (Quercus ilex subsp. ballota) y quejigos (Quercus faginea), principalmente. Los encinares predominan en laderas rocosas calcáreas, tanto en ambientes venteados y expuestos como en las zonas más bajas y caldeadas. Los quejigares muestran una clara preferencia por los sustratos arcillosos y los suelos más desarrollados y profundos de los fondos de valle.

Los quejigares y encinares no son muy densos, y en sus claros podemos encontrar gran diversidad de especies de matorral mediterráneo. Predominan los romerales de Rosmarinus officinalis y los gayubares de Arctostaphylos uva-ursi, acompañados de otros matorrales más pequeños como el lavandín (Lavandula latifolia), el tomillo (Thymus vulgaris), el marrubio (Marrubium supinum), el junquillo (Aphyllanthes monspeliensis), el heliantemo amarillo (Helianthemum hirtum), o el té moruno (Phlomis lychnitis), entre otros. El recorrido pasa junto al manantial de Almanzorre, un bello enclave arbolado con chopos y viejos nogales, como un oasis en medio de un paisaje con predominio de vegetación propia de climas secos. En un lateral del barranco emergen las aguas subterráneas de un potente acuífero. En este punto se forman una sucesión de pequeñas charcas ricas en anfibios y en vegetación acuática, donde podemos encontrar sumergidas o flotando especies acuáticas muy singulares como los pelos de bruja (Zannichellia palustris) y algunas algas propias de aguas ultra calizas.

---

Ciclabilidad

100%

---