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Corta etapa de 13,7 km que transita por lo que se conoce como el campo de Almazán. En todo momento del trayecto la vista se extiende muy lejos en la planicie agrícola hasta el horizonte verdinegro de los pinares de Almazan-Tardelcuende o hasta las lejanas sierras del Sistema Ibérico septentrional. A pesar de que se observan numerosos pueblos dispersos en el paisaje, la mayoría son localidades muy pequeñas, de menos de 10 habitantes, y una buena parte de sus pobladores viven en Almazán, cabeza de comarca y segunda localidad más poblada de la provincia después de Soria capital. Utiliza caminos agrícolas de rodadura, buenas pistas de concentración parcelaria y carreteras locales de escaso tránsito. Los campos de cereal son una buena despensa para muchos animales y plantas. Además de los cultivos, diversas especies vegetales medran en los ribazos favorecidas por los abonos que aportan los agricultores, produciendo pequeñas semillas y fomentando la presencia de insectos.

Estos recursos son aprovechados por roedores y diversas aves de medios esteparios abiertos como la alondra, calandria, terrera, totovía, triguero, cogujada, etc. Estas aves están muy especializadas y son casi exclusivas de estos ambientes agrícolas, por lo que son denominadas “cerealistas” o “esteparias”. El colorido de su plumaje es muy discreto y poco vistoso, con predominio de tonos pardos y grises que les hacen pasar desapercibidas entre el monótono color de los campos de cereal agostados.

Otras especies raras y amenazadas que frecuentan los sembrados y las rastrojeras son el sisón, ganga ortega o alcaraván, cuyos efectivos poblacionales menguan año tras año, debido sobre todo a la progresiva disminución de superficies de matorrales esteparios o pequeñas parameras entre las zonas de cultivos. Algunas aves como la perdiz o codorniz son muy comunes y son cazadas en determinadas épocas del año. Tampoco es raro observar en vuelo rasante o en ejercicios de caza a rapaces típicamente esteparias como el aguilucho cenizo, el aguilucho lagunero o el aguilucho pálido distinguibles por su silueta estilizada. La dehesa de Morón de Almazán en la actualidad se usa exclusivamente como campo de golf. Apenas ha sufrido transformación y se conserva una buena parte de su pasto original. Su césped requiere pocos cuidados, gracias a la alta humedad edáfica del lugar. Su estructura se aproxima a la de una pradera natural donde se práctica el golf, por lo que se denomina ”campo de golf rústico”.

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Ciclabilidad

100%

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