Pulsa en el perfil para ampliarlo

Etapa de 15,3 km que recorre una de las mejores áreas del espacio protegido de ámbito europeo LIC Quejigares de Gómara-Nágima, en el que podemos apreciar los vestigios de vegetación arbórea mediterránea de encinas y quejigos que han sobrevivido a muchos siglos de agricultura. El recorrido accede a dos diferentes líneas de altos; presenta muy buenas panorámicas en repetidas ocasiones; utiliza unas cuantos tramos de senderos estrechos y combina diversidad de paisajes abiertos y boscosos, lo que le hace muy sugestivo. Saliendo de Serón de Nágima, el único pueblo que encontramos en toda la etapa es Mazaterón. Se encuentra en la cabecera del río Henar, al pie de la Sierra de Miñana. Destaca la Iglesia de San Juan Bautista construida en su mayor parte en el siglo XVII, aunque la capilla mayor fue construida en el siglo XVI en estilo gótico. A orillas del río Henar, hacia el Norte, podemos visitar la ermita de la Virgen del Mencal.

Hay un gran número de topónimos en la zona de origen árabe, de entre ellos llama la atención la presencia de algunos con la raíz “maza”: Mazalvete, Almazul, Mazaterón, Almanzorre o Mazalacete, dispuestos en una alineación geográfica que parece ir desde Soria, pasando por Almenar y Peñalcázar, hasta llegar a Deza y descender hacia el Jalón. Pudiera tratarse de una ruta articulada entre Soria y Ateca, mediante una serie de manziles (paradores) repartidos regularmente por ella. El LIC Quejigares de Gómara-Nágima con una superficie de 6.214 hectáreas se encuentra en la zona central del tercio este de la Provincia, rodeado por los términos municipales de Gómara, Tejado, Bliecos, Serón, Torlengua, Deza y Almazul, en las inmediaciones del embalse de Monteagudo de las Vicarías, en la cuenca del río Nágima, dentro de la vertiente del Ebro soriana, un rasgo geográfico que no debemos olvidar para poder comprender con claridad el paisaje y la distribución de la vegetación. Esta porción geográfica está profundamente marcada por la climatología mediterránea, y se encuentra plenamente en el piso supramediterráneo, en altitudes comprendidas entre los 850 y 1200 metros.

Este espacio natural constituye una importante mancha forestal en medio de las amplias superficies de cultivo del campo de Gómara y del levante provincial. Encinas y quejigos se alternan formando un bosque denso y compacto característico de la vegetación mediterráneo continental que alguna vez cubrió esta parte de la comarca. La mayoría de las masas forestales que encontramos a lo largo del recorrido están constituidas por árboles de porte arbustivo, dispuestos en grupos de matas densas, resultado del rebrote de cepa tras una larga tradición de cortas sistemáticas para leña y elaboración de carbón vegetal, cuyos vestigios se observan en las plataformas con suelo carbonizado que encontramos dispersas por el monte. También podemos ver algunos ejemplares viejos y corpulentos de encinas y quejigos que han crecido de semilla y sobrevivido a las cortas.

El paisaje que rodea las masas boscosas del entorno está formado por mosaicos de cultivos cerealistas y de cerros de yesos rojos y blancos que configuran un singular hábitat estepario tanto para las aves como para las plantas.

---

Ciclabilidad

100%

---