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Etapa de 17 km, muy variada en sus tipos de caminos. Utiliza pistas, caminos antiguos de herradura, caminos de rodadura, sendas de diferentes anchuras, cortafuegos y algún corto tramo por carretera local. También, los paisajes y medios que cruza son variados. Atraviesa zona de bancales abandonados, despoblados, un hayedo, pinares de silvestre, crestas y zonas de matorral.

Pasa por los despoblados del Vellosillo y Camporredondo, también deshabitados en la década de los 60, tras el decaimiento de la ganadería extensiva, la cual constituyó durante muchos años el único pilar de apoyo de la economía de Tierras Altas. Aún conservan la solidez de sus construcciones en piedra, resistiéndose al avance de la naturaleza. Sus calles podríamos decir que están empradizadas o arboladas, en lugar de empedradas. Algunas de sus casas se están empezando a rehabilitar como residencia de fin de semana o vacaciones.

Atraviesa el bonito pueblo de Diustes, el primero del valle del Ostaza que empezó a ser recuperado por los hijos del pueblo como segunda residencia. Casi hasta el mismo pueblo de Diustes se extiende el hayedo que lleva su nombre. Este bosque de aspecto misterioso, constituye una interesante masa de vegetación relicta, resultado de los avances y retrocesos en latitud y altitud que sufrió la vegetación europea en las fases glaciares e interglaciares que se sucedieron en el periodo Cuaternario y, más decisivamente, desde el fin de la última glaciación hace 12.000 años. El haya es una especie atlántica de ambientes templados y húmedos; en las fases glaciares formaba refugios en los fondos de valles; en las fases interglaciares se extendía hacia la montaña; y en momentos en los que el clima se hacía más seco, se acantonaba en lugares como éste, en los que su orientación norte y su relativa altitud le permitían, y permiten, recoger influencias del Atlántico.

Recorre un tramo de cresta entre las cumbres de Pinoso y Cucurucho, a las puertas de una gran masa de pinos y hayas que se prolonga hasta las sierras del Hayedo de Santiago y de Pineda. Desde el punto geodésico de Pinoso se divisan hacia el norte, alzándose sobre un interminable manto de pinar, las más altas cumbres de Cebollera y Demanda. Tras volver la vista hacia el sur, nos encontramos un paisaje marcado profundamente por una prolongada tradición ganadera; se obtienen vistas de pájaro de una sucesión de lomas herbosas, que descienden desde la cuerda de Montes Claros y sierra de Alba hacia el valle del Cidacos, salpicadas de pueblecitos, encogidos en barrancos al amparo de la dureza del clima. Hacia el este se divisa la prominente Peña Isasa, con los Pirineos al fondo en días claros y, más cerca, bajo la sierra del Hayedo de Enciso, un paisaje de bancales de cultivo, áspero y erosionado, pero no menos bello.

Santa Cruz de Yanguas es un pequeño pueblo ubicado a los pies de la montaña, en el punto de encuentro de la sierra de Montes Claros con la sierra de Pineda, y en la boca de una gran extensión boscosa de pinos silvestres y hayas que cubren la cuenca del río Baos, continuación del gran bosque camerano de Monte Real. Guarda buenas muestras de la típica arquitectura serrana, partícipe de los buenos tiempos de la Mesta. En las inmediaciones del pueblo existe una maqueta de Stegosaurio, y un yacimiento de huellas de dinosaurio en el Canto de los Tormos.

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Ciclabilidad

70%

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